La vida no tiene receta

Para finalizar este año, quiero invitarles a ver una película que me pareció simpática, divertida y de esas que te dejan con hambre de aprender nuevos platillos y sabores, además con muchas ganas de conocer acerca de una cocina tan emblemática como la India, que va ganando terreno en el mundo occidental. Y como si fuera poco te deja grandes enseñanzas acerca de la cocina en símil con la vida.

“La vida no tiene receta”, es uno de los títulos en español con que se ha proyectado este film titulado originalmente “Today’s Special”. Producción norteamericana independiente, del año 2009.  Una película, que como todo el cine independiente, es poco conocida, sin publicidad de grandes carteles, es de las que participan en festivales y ganan premios de los que se enteran los cinéfilos y se proyectan en las salas de cine arte de los barrios bohemios de las grandes ciudades. No es una película para las grandes pantallas de las salas de cine de los centros comerciales de cualquier metrópoli. Es de las que más me gusta comentar tal vez como una manera de promocionar un trabajo valioso.

En tanto producción independiente, aunque es norteamericana, esta película parece más de Bollywood que de Hollywood por sus escenarios, sus personajes e intérpretes, las costumbres que muestran, los colores del film.

Con todos esos ingredientes entramos en la cocina de un restaurante Indio de Manhatan, que se encuentra en su peor momento, quebrado prácticamente, y para colmo de males, su propietario lleno de deudas es víctima de un ataque cardíaco y se ve impedido de continuar trabajando.

Samir, hijo del dueño del restaurante en cuestión,  se desempeñaba hasta ese momento como sous chef en un elegante restaurante neoyorquino pero ante un desacuerdo con su jefe, renuncia y decide que irá a Francia a estudiar gastronomía y hacerse un gran chef. Planes que se frustran ante la situación del padre y se ve en la necesidad de meterle el pecho a un restaurante cuyos únicos clientes parecían ser los propios tíos.

Samir se hace cargo del restaurante, con la ayuda de un hombre a quien conoció como chofer de un taxi, y juntos inician un proceso de reinvención del restaurante, creando platos que solo existían en la imaginación de este taxista, pero que contenían la esencia de una cocina milenaria, cuyos secretos transmitió a Samir.

Mientras tanto, como receptores, nuestra visión de especias e ingredientes, se acercan a la creación de unos platos estupendos que se las ingenia nuestro cerebro para crear aromas y sabores que el cine no nos puede dar. El chirrido de las frituras, el blup blup de los guisos, el ambiente impregnado con el aroma del masala, nos produce un hambre tremenda. Pero más bien un hambre de conocer y de aprender de esta milenaria cocina, que se abre paso cada día con pie mas firme en el mundo occidental.

El “Tandory Palace”, como se conocía el quebrado restaurante del padre de Samir, pasa a ser un exitoso lugar donde no hay recetas sino la especialidad del día “Today’s Special” que sale con lo que hay, pero llena de color, de creatividad, de sabores exóticos y sobre todo preparado con la deliberada intención de sorprender los paladares.

Esta película nos deja como mensaje, que ni la vida ni la cocina están dirigidas  por una lista predeterminada ingredientes, que el presente funciona con lo que hay, pero hay que tratarlo con creatividad, buenas intenciones y sobre todo asumiendo el riesgo. Lo que podía parecer una adversidad termina siendo el puntal de un cambio de rumbo que nos saca de donde estábamos detenidos. Reinventar un plato por la falta de un ingrediente, cambiar de planes porque hay que atender otras circunstancias que lo exigen en el momento. Así es la vida y así es la cocina, creativa

Les dejo estas hermosas imágenes de los nuevos platos, que dan una muestra de lo que  verán en esta película y los invito a que la vean (disponible en Netflix), si quieren pasar un rato divertido descubriendo la maravillosa gastronomía de India.

Déjame tus comentarios sobre la película y si te gustó el post dale like. Hasta la próxima.

Siendo ésta mi última publicación de 2018 y seguramente tu primera lectura en el 2019, aprovecho la ocasión para desearles que lo pasen muy bien y que nos sigamos encontrando en este espacio en el año próximo.