- ¡Hoy tenemos pasta……! Siiiiiiii!
- ¿Qué quieren comer? Pastaaaaa!
- ¿Con quéeee? Con lo que sea, pero que le pongan queso.
- ¿Larga o corta? Para mí larga. -Para mí corta.
- Bueno, decido yo.
¿Les parece conocido lo que describe el diálogo anterior? A mi, mucho, por lo que he llegado a comprender que en cuanto a la pasta, la consulta democrática no funciona. Cuando de pastas se trata los gustos pueden ser tan diversos como tipos de pasta. Conclusión: NO PREGUNTES. Prepara la pasta, que siempre se la comen y quedan encantados.
Tengo la impresión de que la pasta es un plato elegido desde el “niño” que vive en cada uno de nosotros porque comer pasta es casi un juego de niños. Hay reglas, pero se vale todo. La pasta es un plato que puede ser divertido y hasta compartido, no por eso es el plato favorito de todos. A mí me encanta.
Para mí, la pasta con lo que sea, siempre que le ponga un poco de queso parmesano. Desde que comprendí que su consumo no es precisamente lo que engorda sino aquello con que lo acompañas que suele ser bastante calórico, pero no necesariamente, no me preocupa ni evito comerla.
He encontrado acompañantes para mis pastas sabrosos, económicos, bastante ligeros, elijo preferiblemente vegetales. Mi pecado es el queso parmesano, pero no importa, hago las penitencias necesarias en movimiento, porque la pasta es una gran fuente de energía.
El consumo de pasta no tiene distingo de clases, edades o sexos. La diferencia la harían la frecuencia, los acompañantes, las calidades y hasta las cantidades. Esta imagen de la clásica película de Disney “La dama y el vagundo” nos lo informa. Una dama invitada a un plato de pasta por un vagabundo. La pasta está presente en todas las clases sociales. Si observamos la imagen vemos la finura de la dama en el chupar el espagueti y el desastre del vagabundo con espaguetis que se salen de la boca. Es así, todos comemos pasta, pero la forma informa.
La pasta como el arroz son productos muy versátiles y muy consumidos en el mundo. En Venezuela, la pasta se consume tanto como el arroz, de hecho aparece en el segundo puesto en consumo de pasta en el mundo, sólo Italia está por delante. Al mismo tiempo, la pasta es el tercer rubro más consumido en el país, tiene por delante en ese orden a la harina de maíz pre cocida y el arroz. La información no me sorprende pero me preocupa, porque da la impresión según esos datos que el consumo de carbohidratos es muy elevado.
Tipos de pasta
- La pasta normalmente, o al menos la más conocida en el mundo occidental, es elaborada a partir del trigo, no obstante también se encuentra la pasta elaborada con arroz, que son muy buenas.
- Encontramos pasta con tratamientos especiales como la pasta sin gluten, la pasta al huevo, la enriquecida, la saborizada con vegetales (espinacas, tomates, zanahorias, remolachas, etc) que además le dan un color característico. También encontramos coloreadas y saborizadas con tinta de calamar.
- De acuerdo con el método y base de fabricación, encontramos la pasta fresca, elaborada con harina de trigo y huevo, es un procedimiento más bien casero o artesanal, y debe conservarse refrigerada y consumirse pronto ya que su duración es limitada y debe indicarse en el empaque. Mientras que la pasta seca, con sémola de trigo duro, es la que encontramos normalmente a la venta en abastos y supermercados, tiene una duración muy larga en condiciones ambientales normales, pero también en la casa puede conservarse refrigerada.
- En cuanto a sus formas de presentación la variedad es tan grande que vamos a referirnos en principio a tres grandes categorías: las pastas largas, las cortas y en ambos tipos una gran variedad (lisas, planas, tubulares). Las pastas para rellenar como la lasaña y los canelones. Las pastas pequeñitas como para sopas también de múltiples formas. Y un aparte para los fideos.
- La mayor variedad en cuanto a formas y colores los encontramos en las pastas cortas, al punto que he visto hasta de formas eróticas, además de la tradicionales caracoles, plumitas, lazos, coditos, rueditas, y quien sabe cuántas otras formas que nunca he visto.
Entre gustos y colores
Tantas formas y presentaciones sugieren muchas maneras de comer pasta, como también los tipos de pastas sugieren diferentes salsas y usos de las mismas.
- Los fideos propios para la fideúa. Estrellitas, lluvias, letras, números, para las sopas
- Cintas largas, espaguetis, lingüinis, vermicellis y tallarines con salsas cremosas
- Pastas tubulares como los macarrones y plumitas que almacenan salsa en su interior.
- Formas extravagantes para las ensaladas
- Formas grandes para los potajes y salsas con verduras
Estas recomendaciones no agotan las posiblidades ni son taxativas.
El comer pasta tiene también como todas las cosas, su vínculo con la cultura local y con los productos que en ese lugar se consumen, y finalmente quien manda es el gusto de la gente. Y si no dile a un larense que no se vale comer espaguetis con caraotas que lo han convertido en el “plato regional”. No es lo más elegante, obvio que no, pero si cada ingrediente por su lado es bueno, y no son incompatibles. Por qué no? Pues que venga el espagueti con la caraota, pero allí si como que va mejor un quesito blanco rallado por el lado grueso. Aunque tengo una amiga “guara” que además le pone suero de leche, y quién manda en su gusto. A ver si sale un larense y me lo aclara. Este plato era el favorito de nuestra recordada Susana Duijm, primera miss mundo venezolana. La referencia la encontramos en el libro Misses de Venezuela: reinas que cautivaron un país: crónicas y reportajes de Albor Rodríguez.
Y cuál es la diferencia entre la combinación de pasta con caraotas con el minestrón. Será el color de las caraotas, que suelen ser blancas, rosadas o rojas y con eso prepara esa contundente sopa donde además se incorporan verduras en cantidad. Un auténtico minestrón, es pasta con caraotas y verduras.
La pasta va bien con todo, y por eso la variedad de salsas es infinita. Aunque casi siempre asociamos la pasta con tomates, esto es sólo una impresión limitada, aquí les dejo un enlace con un montón de recetas de salsas sin tomate . Me gustan las salsas con vegetales, así les ofrecí un día una con pesto de espinacas y otra con champiñones, con calabacines y tomates.
Cada quien manda en sus decisiones con respecto a sus preferencias. Hay un refrán que dice “entre gustos y colores….” Complétenlo por favor, porque todos tenemos historias de nuestros gustos diferentes a lo convencional. Los comemos en secreto, en la intimidad familiar y hasta cuando no nos ven. Y en la medida que vamos creciendo también vamos descubriendo, que “no todo es rigor” como decía a veces mi madre.
Pastas con pescados y mariscos: con o sin queso? Buena pregunta, creo que no se han puesto de acuerdo los chefs y sigo pensando que quien manda es el gusto del cliente.
Un día en un restaurante italiano el mesonero me miró como a un bicho y levantó el mentón en un antipático gesto, porque le he pedido queso parmesano para una pasta que tenía una salsa con frutos del mar. En ese lugar han decidido que la pasta con salsa de frutos del mar no lleva queso parmesano. Su mensaje para mí fue de ¡ignorante! Le respondí “amigo si no se vale que lo coma con queso entonces por favor, retírela y tráigame unos espaguetis sin salsa que le pongo sólo queso”. Vino luego el chef a darme una clase, que terminó aliviándome ya que su conclusión fue que el gusto del cliente gana, “usted puede tomar la pasta como le agrade” y me trajo el queso. ¡Uff! que alivio porque estaba riquísima con frutos del mar.
Me quedé pensando, a mí me gusta la pasta con queso parmesano, ¿será una manía? O es que lo que me gusta es el queso y no la pasta.
Pues bien, entonces vamos a averiguar lo de las salsas con mariscos y el uso permitido o no del queso parmesano. Son de esas cosas que le pasan a uno en la vida, que se convierten en un asunto para estudiar. Pues al parecer es lo que recomiendan, porque supuestamente arruina el sabor de los mariscos, pero si yo fuera un fruto del mar les diría no me pongas pasta porque me arruinas. Busqué recetas de pastas con mariscos y en todas les agregan queso parmesano. Conclusión no hay acuerdos como en todo lo que tiene que ver con los gustos personales.
Al final terminas entendiendo que son tendencias, si algún chef de renombre lo dijo, entonces la gente le cree y lo asumen a pie juntillas y más aún si repercute en las redes sociales. Ante esto yo decido que se vale ponerle queso parmesano o el que a ud. le apetezca o tenga cerca si es de su agrado. Son de esos pequeños detalles que se le ocurren a los “entendidos”, que entonces te lo revientan en la cara con gesto de “Tu no sabes”.
Una pasta que me llama mucho la atención por su color es la preparada con tinta de calamar, eso es una exquisitez. Se le pondrá queso?
El secreto público de la pasta
La preparación básica de una pasta es como cosa de niños, sin embargo, todavía hay quien pregunta y discute que si o que no, que si hay que poner aceite al agua, que si se cuelan o no. Poner sal al agua, me parece obvio, no obstante también eso es relativo, hay quien no toma sal y no le pondrá. Las pastas se cuelan y por eso venden un colador de pastas, los hemos conocido toda la vida. Que se pueden escurrir y echarlas de una vez en el plato, también se vale, que puedes reservar el agua de la cocción para hacer una sopa o lo que quieras, es una opción y una decisión. La salsa que estás preparando al tiempo que cocinas la pasta le puedes agregar agua de la cocción de la pasta, le da sabor y hasta ayuda a espesarla. Y cuál es el secreto, en eso si hay acuerdo “que debe quedar al dente”, ojo que también hay a quien no le gusta así.
Mitos sobre la pasta
El más frecuente se refiere a que la pasta ¡engorda! Pero eso afortunadamente no es verdad, porque tendríamos que decir lo mismo del pan, del arroz o de los tubérculos. En realidad con respecto a cualquier producto lo que engorda es la cantidad y la calidad de sus acompañantes, el valor agregado de calorías lo pone la grasa de las salsas y quesos.
Una pasta con verduras, con tomates, con carne, con mariscos no incrementa demasiado su aporte calórico si las salsas tienen bajo contenido de grasas. Es importante comprender que la pasta debe cocerse hasta el punto “al dente”, más de allí su composición sufre transformación y el resultado es diferente. Si su estilo de vida es muy sedentario y es un consuetudinario consumidor de pastas ricas en salsas en grasosas, entonces tienes razón, engorda usted no la pasta.
En el blog Sabor Mediterráneo, nos dan tres buenas razones de por qué la pasta no engorda, veamos:
- 100 gr contiene aproximadamente 1 gr de grasa. Por lo que se recomienda reducir la cantidad de grasas en salsas y quesos.
- Esa misma cantidad de pasta aporta el 15% de la necesidad diaria de carbohidratos y sólo 300 calorías.
- El contenido de gluten tiene efecto saciante, así que mejor tomarla como entrada.
- En cuanto a su composición es parecida al arroz, con la diferencia de que la pasta contiene gluten y el arroz no. No es recomendable el consumo de ellos en la noche.
Con respecto al consumo de pasta, como de todo, el secreto está en la moderación. Todos los consumos excesivos son inadecuados, la ingesta prudente y moderada de lo que sea es un buen estilo que garantiza calidad de vida. Con la pasta aplica mucho el principio de que la cocina es creativa, es ocurrente y tu imaginación es el límite.
Bien amigos, espero que esta publicación haya sido de su agrado y que haya sumado a su experiencia culinaria. Atrévanse a crear con las pastas y los espero en la próxima publicación.