La temporada de tomates, cuando los vemos en el mercado rojos, abundantes y baratos, hay que aprovecharla preparando salsas, purés, etc, que si son envasadas siguiendo protocolos de higiene y conservación, pueden durar mucho tiempo guardadas en un sitio fresco y seco, para tener tomates fuera de temporada. Les traemos en esta oportunidad la pasta de tomate, que deben estar muy maduros, la cantidad ha de ser grande porque en la cocción se reduce al mínimo, para lograr una consistencia pastosa. Por eso insisto, que hay que aprovechar la temporada y guardar.
Preparación:
Usaremos 1kg de tomate, aceite y sal al gusto. Lavar muy bien los tomates y hacerles un corte en cruz en la parte baja.
Poner a calentar una sartén para asar los tomates y queden con un toque ahumado y pelar con facilidad. Darles vueltas para que se quemen por todos lados.
Dejar enfriar un poco y pelar los tomates. Retirar las semillas para evitar que la pasta quede aguada.
Licuar la pulpa con la licuadora. Calentar una olla, añadir una pequeña cantidad de aceite y verter el tomate licuado.
Agregar la sal. Mover para que no se pegue y cocinar a fuego de medio a bajo. Dejar hervir.
Cuando huela mucho, haya cambiado de color y al pasar la paleta por la olla puedes ver el fondo, entonces está lista para envasar y guardar, o para usar de inmediato en otra preparación.
Aquí tenemos lista la pasta. Como pueden ver se ha reducido muchísimo por lo que se debe preparar con grandes cantidades de tomate si se quiere guardar el producto para otras preparaciones. Si es poca cantidad se puede refrigerar en recipiente de cierre hermético. Si es mucha cantidad hay que procesar el envasado siguiendo protocolos especiales que les mostraré en otra oportunidad.